Velocidades proporcionales a las impresoras 3D de escritorio
En impresión 3D, la velocidad es un factor clave para la producción. Con el desarrollo de materiales avanzados que compiten con las calidades obtenidas por procesos como la inyección de plástico, incrementar la cantidad de partes impresas por unidad de tiempo es un objetivo obligatorio si se quiere dar el siguiente paso y entrar en el negocio de la manufactura de piezas finales. Para lograr esto, se necesitan sistemas de movimiento y control electrónico que funcionen en tándem para alcanzar precisiones micrométricas, normalmente en configuraciones de uso extendido en la industria de las máquinas «desktop» que se replican de un equipo a otro.
Pero cuando se quiere diseñar una máquina gigante, y alcanzar desplazamientos de impresión de hasta 1 metro, en máquinas como la Big-T, es necesario afinar la ingeniería. En estos casos es necesario revisar las definiciones técnicas típicamente heredadas de la industria desktop como el uso de steppers Nema 17, poleas y correas GT2 con estructuras de máquina simplificadas, y en su lugar dar paso a estructuras robustas calculadas ingenierilmente para absorber los problemas asociados a su propio peso y las vibraciones producidas por la inercia del movimiento de un cabezal de impresión más pesado, y a configuraciones de movimiento provenientes de máquinas de nivel industrial como centros de mecanizado CNC o máquinas SMT. Adicionalmente, las demandas de potencia que resultan del uso de componentes más robustos, con características superiores a las del sector desktop, requieren de electrónica y controladores más sofisticados, así como de piezas de firmware personalizadas que expriman al máximo sus prestaciones.